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sábado, 22 de febrero de 2014

¿Los tiempos están cambiando?


Buitre leonado desde el famoso "balcón de los buitres" del Castillo de Monfragüe.


Ahora que se acerca la FIO 2014 de Monfragüe es un buen momento para acordarse del Buitre leonado. Para una gran parte de los pajareros que visiten Monfragüe no estará entre sus prioridades, antes lo serán las águilas imperiales, las águilas reales, las águilas perdiceras, los buitres negros, los búhos reales, las chovas piquirrojas…los gorriones, etc. Sin embargo, son las enormes concentraciones de buitres leonados las que más llaman la atención de los visitantes no pajareros, que seguramente sean mayoría y “simplemente” buscan un espectáculo natural. Y realmente Monfragüe sin leonados estaría desconocido.


El Buitre leonado, junto con la Cigüeña blanca y el Milano negro forman un grupo de especies que, a fuerza de resistirse a desaparecer, están empezando a abanderar una categoría de aves sospechosas. Una categoría para especies que han pasado de ser ojito derecho a juanete, incluso para algunos conservacionistas. Parece que hoy día si no estás al borde de la extinción eres un problema. Hace años escuché a un experto en rapaces que se sentía preocupado por la recuperación del Águila real, ¡el Águila real!

martes, 18 de febrero de 2014

Buscando asturianos por Cáceres.


Vista del entorno de una población de Narcissus minor subsp asturiensis en la Sierra de Gata (Cáceres).

En una entrada anterior de este blog ya comenté que el Narciso asturiano (Narcissus minor subsp asturiensis) era un magnífico ejemplo que nos permitía reconstruir la ruta que debió seguir una buena parte de la flora atlántica que hoy día encontramos en el Sistema Central: desde los Pirineos (subespecie minor), por la Cordillera Cantábrica, pasando por las montañas leonesas y del norte de Portugal hasta la Serra da Estrela, en el extremo occidental del Sistema Central, y desde allí hasta Gredos, que debido a su mayor continentalidad parece ser su límite oriental.

Narcissus minor subsp. asturiensis. Sierra de Gata (Cáceres).

Han pasado ya más de 15 años desde que observé por primera vez esta especie en Extremadura (debajo de unos abedules, como debe ser). Desde entonces, apenas se ha podido sumar un minúsculo puñado de poblaciones en la Sierra de Gata y en la Tras La Sierra, ya casi en Gredos. Estoy convencido de su presencia en las Hurdes Altas, pues en la salmantina Sierra de Francia he podido observar a este narciso muy cerca de esa comarca. Lugares no le faltan, aunque no son ni mucho menos abundantes o accesibles.

Al final, en esto de buscar plantas uno se comporta como uno de esos pescadores con mosca que tratan de meterse en la cabeza de su adversario intentando anticipar su respuesta. Esto te puede hacer un buen pescador o un paranoico. De momento, con estos asturianos parece que funciona buscar un trocito de Asturias por las sierras del norte de Cáceres.

sábado, 8 de febrero de 2014

Plantas de las paredes calizas de Valdecañas (Cáceres).


Mucizonia hispida. Valdecañas de Tajo, Cáceres.


Los desalmados que desde Bruselas redactan las Directivas decidieron un buen día que había que proteger no sólo las especies, sino también sus hábitats. Esto está muy bien y lo firmaría cualquiera que ame la Naturaleza. Creo que eso precisamente es lo que les dio vergüenza a estos seres grises sin corazón y por ello decidieron crear el famoso Anexo I de la Directiva Hábitat. Habían tenido su momento de debilidad y ahora lo pagaríamos todos.
 
Sedum sediforme. Valdecañas de Tajo, Cáceres.


Incluso intentando ser benevolente con la traducción, toda aquella persona que se acerque a disfrutar de las plantitas que crecen en un cantil calizo deberá saber que está ante un Hábitat de Interés Comunitario, ni más ni menos que las “Pendientes rocosas calcícolas con vegetación casmofítica”, más conocidas como Código 8210. Con ese nombre cualquiera se las llevaría a casa, enternecido de manera irresistible.

Asplenium ceterach. Valdecañas de Tajo, Cáceres.


Esto es una Directiva, ¡qué coño!, que se note que es un documento muy formal, muy técnico...y muy ambiguo. Los Bruselianos intentaron dotarse de un extremado rigor y decidieron seguir las leyes de la Fitosociología, que ya lo tenía todo bien compartimentado. La Naturaleza no conoce de compartimentos y los Bruselianos no conocen de fitosociología. El resultado fue conmovedor…y comenzaron a aparecer los famosos Manuales de Interpretación en un intento para que los humanos podamos interpretar el pensamiento Bruseliano.

 Eso de las pendientes daría para una novela de Dostoyevsky. Sea como sea, en la provincia de Cáceres hay pocos lugares donde podamos disfrutar de este tipo de hábitat y para mí el mejor está en las calizas cámbricas de Valdecañas.


Coronilla glauca y detrás de ella Phagnalon saxatile. Valdecañas de Tajo, Cáceres.
 
Allí, a la consabida comunidad de helechos de las fisuras de las rocas calizas, con Cheilantes acrostica y Asplenium ceterach como especies más comunes, podemos unir dos plantas crasas de gran belleza, Sedum sediforme y Mucizonia hispida, que colonizan fisuras y repisas menos húmedas y la pequeña Galium verrucosum de florecillas blancas, que en Cáceres sólo se conoce en intercalaciones básicas. Tenemos también un grupo de especies asociadas a la roca, que podemos encontrar igualmente en los berrocares graníticos cercanos, como Antirrhinum graniticum, Phagnalon saxatile, Rumex induratus o Umbilicus rupestris. Finalmente, aunque no son propiamente especies de este hábitat, procediendo de los inmediatos a él, destacan por su belleza algunos ejemplares enriscados de Coronilla glauca (muy, muy rara en Cáceres), Narcissus cantabricus o Delphinium staphisagria.



 
 

 

 

 

 
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