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viernes, 12 de julio de 2013

HILL TOPPING


Macho de Jasón de cuatro colas (Charaxes jasius) en su percha. Ya se le aprecian daños en sus alas por los combates casi
continuos. En esta zona él era el macho dominante y por eso ocupa la zona más alta. Las Hurdes, Cáceres. 1500 m.
 
En ocasiones, mientras paseamos por una zona de cumbre en primavera, nos sorprenderá la cantidad de mariposas que podemos observar en esas zonas tan aparentemente poco favorables. Bueno, en realidad nos sorprenderá la cantidad de insectos (moscas, libélulas, cochinillas, tijeretas, etc.).

 Si le dedicamos un poco de tiempo, nos resultará fácil empezar a comprender que es lo que ocurre en esas zonas. Veremos cómo las mariposas, el grupo de especies más llamativo, tienen un comportamiento muy marcado, o bien se sitúan sobre una percha (una rama o una piedra) y defienden un pequeño territorio con gran agresividad, dando numerosas vueltas en torno a él, o bien realizan rutas lineales de patrulla a lo largo de la cuerda, o, por último, pueden agruparse en un punto concreto formando algo muy parecido a los leks de algunas aves.

Machos de Pavo real (Inachis io), al fondo, y Sofía (Issoria lathonia), izquierda, en sus vuelos lineales de patrulla. Estas especies evitan a la agresiva Jasón de cuatro colas situándose un poco más abajo. Las Hurdes, Cáceres. 1490 m.


Si, además, resulta que casi todos los individuos que observamos en la zona son machos, todo esto nos conduce a un comportamiento relacionado con el emparejamiento. Gracias al hill topping, en realidad una manera de facilitar el encuentro entre ambos sexos, los machos de mariposas de una zona se concentran en puntos muy concretos, que destacan sobre el entorno (normalmente una montaña, pero puede bastar un gran árbol o un arroyo), allí esperarán a que las hembras recién emergidas se acerquen a esas zonas (parece que tras unos vuelos exploratorios todas se dirigen invariablemente hacia la mayor elevación del entorno). Las hembras sólo permanecen en estos puntos el tiempo justo para escoger un macho y emparejarse, dejando la zona inmediatamente después en busca de zonas adecuadas para la puesta. Los machos se quedarán allí en busca de su oportunidad, ya que ni siquiera en estos lugares tienen garantizado el emparejamiento, por lo que los encuentros agresivos entre ellos son muy frecuentes. Esto supone un gran desgaste ya que normalmente en estos puntos no tienen alimento a su disposición.

Cuando estamos subiendo a una montaña muchas veces nos encontramos con algún macho de mariposa a media ladera realmente cascado, con las alas destrozadas que le hacen muy difícil el vuelo, seguramente en algún momento mantuvo su territorio en lo más alto y ahora ha sido vencido y expulsado. Si consiguió aparearse habrá merecido la pena, si no lo logró habrá sido un fracaso total, aquí no hay término medio.

sábado, 6 de julio de 2013

Iberodorcadion segovianum (Cerambycidae).




Iberodorcadion segovianum subsp. dejeani. El Torreón, Tornavacas. 2400 m.

Retronival, con este palabrejo suelen describir los especialistas la ecología de este pequeño escarabajo. Rebuscado, aunque breve, si lo que queremos indicar que esta es una especie que vive en la media y alta montaña y que su ciclo comienza tan pronto como se retira la nieve. Sus larvas se entierran entre las raíces de gramíneas de montaña (Festuca sp., Nardus stricta) y se alimentan de ellas durante el año que dura el ciclo.

Iberodorcadion segovianum subsp. segovianum. Las Veguillas, Tornavacas. 1600 m.


Frenesí reproductor en una población de alta montaña. El Calvitero, SA. 2300 m.

Iberodorcadion segovianum es un endemismo de la Sierra de Gredos (parece que también de la cercana Sierra de Francia) que en Extremadura tan sólo podemos encontrar en las comarcas de La Vera, Valle del Jerte y Ambroz. Aquí sólo lo he encontrado por encima de los 1.400 metros de altitud, alcanzando los 2.400m del Torreón, y en fechas que van de primeros de abril para las cotas más bajas, hasta mediados de julio para las zonas de cumbres. En las partes más altas su ciclo es más reducido y parece que se sincronizan más, por lo que en zonas donde está presente es fácil de localizar, dando una falsa sensación de abundancia. Pasados estos días también nos resultará fácil encontrar multitud de individuos muertos tras completar su ciclo.

Distribución de la especie en Extremadura en base a observaciones propias. En verde
la subespecie dejeani y en rosa la subespecie nominal.


En Extremadura están presentes las dos subespecies descritas para esta especie, la subespecie dejeani al oeste del Puerto de Tornavacas y la subespecie segovianum al este de dicho puerto. Conservo una antigua monografía que me regalaron donde Eduardo Vives, el gran especialista en Cerambídos, revisa este género y en ella se recogen 10 variedades para la subespecie nominal y 7 para dejeani, algo que supera mi entendimiento.
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